martes, 4 de junio de 2013

Entre lo bueno y lo malo…


Detalle de la obra “Horizonte”
De Angustias de las Cuevas (2006)




¿Quién marcó la fina línea que separan los conceptos?
¿Quién pintó con tiza, sobre el suelo mojado, 
la fina línea que separa lo bueno de lo malo?
¿Quién falló en su arquitectura, 
la que debería ser recia?
¿Por qué todos ostentamos la dualidad, 
la no perfecta?

Porque entre lo uno y lo otro, 
la sutil diferencia,
ésa que marcamos los humanos, 
basados en la conciencia,
¡en esas tristes conciencias!
para sentirnos satisfechos,
para no erigirnos en radicalismos inciertos.

Y  prevaricamos, 
siendo lo uno y lo otro,
lo recto, lo ordenado,
manteniendo a  la vez lo  tortuoso, 
lo enturbiado,
porque nuestra prudencia dejó de ejercer poderes,
ésos que marcan la sensatez,
la que marca la diferencia entre lo bueno y lo malo.

Y todos infringimos, empapándonos de caos,
alimentándonos de indecencia.
Desandamos lo andado,
para de nuevo emprender la vuelta.

Dotamos a la injustica de legalidad,
invirtiéndola en el bando, 
llegando a ser  justicia lo legalmente cierto,
lo inquebrantable, lo hacedor, pero basado en infracciones,
en despotismos,
en atropellos,
¡en corruptela de ganga!
Y todos participamos de la marea negra,
¡todos esos individuos entre los que me cuento!

Mediocridad del alma, 
de la avanzada en el progreso,
de la vitoreada por muchos,
de la alimentada por miles,
de la lamentada por cuatro.
Por solo cuatro de conciencia limpia,
de criterios ciertos,
de los que vieron la línea, 
la desfigurada por el humano,
y  la vieron evidente, y supieron de la separación,
de la perfecta...

Ya  el buril dibujó sus surcos profundos,
la diferencia en sus conciencias,
las que marcaran su rumbo, 
conocedores del muro impenetrable,
el que existe entre lo bueno y lo malo.

Pero solo cuatro son los dotados,
solo cuatro reconocerán su existencia,
a solo cuatro es permitido,
a los de exquisita pulcritud en el alma,
los poseedores de verdadera conciencia.
Y aislaran,
limitaran,
distaran  la separación inquebrantable,
¡ésa, que debe prevalecer
entre lo bueno y lo malo!


2 comentarios:

  1. Mi querido Jesús, no sabría qué decirte más que te agradezco infinito tus palabras, mis renglones cortos solo son sentimientos que se conjugan con las palabras...
    Un fuerte abrazo sin que olvides que te quiero...

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