martes, 3 de febrero de 2015

¡Cádiz!!!



Playa de “La Victoria” (Cádiz)
De Angustias de las Cuevas



La esencia de Cádiz se aposentó
en el alma inquieta de Andalucía.
La que hoy nos muestra su arte,
ése que comparte,
ése que recibió de herencia.

Porque Cádiz la enriqueció con
un gran legado, con una gran entrega
que le bordaron el alma
con finos colores de hilos,
con delicados colores de seda.

Porque hoy ya es portadora del arte,
exponente de su belleza,
que proclama a los cuatro vientos
¡Soy Cádiz, soy su esencia!

De ese Cádiz tan antiguo, con tres mil años,
que no pesan, que la ilustran,
que la engalanan con herencias que dejaron huellas,
que enriquecieron el alma con coraje,
en las almas de sus  hijos,
en el arte de sus predilectos…

Sí,
Tres mil años a sus espaldas,
que porta como estandarte
un emblema: 
“Soy  Cádiz, la de Occidente, la más decana,
la más vetusta,
la más longeva!!!

Por blasón:
La estampa fornida de un Hércules,
presumiendo orgulloso de sus leones;
tutelados por  columnas,
que son dos, cada una a cada lado,
resaltando al poderoso que logró separar las tierras…

Sí,
hasta el sol se enamoró de ella,
Tanto!!!
que le regalo sus sueños,
allá, en la obra de su descanso.
Con matices de rosas, de anaranjados,
de pinceladas  violetas,
que forjaron la pintura
de un Cádiz,
de un Cádiz sabor a perla…

Ése qué radiante y  mimoso
se baña en las playas,
que  retoza en su  arena,
seduciendo el ímpetu  de las olas del Atlántico fogoso,
y se deja  acariciar por ellas..

Porque un día ostentó el cetro de lo deseado,
y se inscribió en la historia recibiendo honores
por el lugar envidiado,
codiciado y estratégico,
de ese lugar,
del que es la dueña…


Ella,
Cádiz, la antigua que fue Gades,
la que luce esa comunión Perfecta,
con el cielo, el mar, el salero…

Crisol , vasija, búcaro,
donde se encuentran protegidas
las semillas que germinaron
en cada alma,
en cada lamento de sus herederos,
que en  cada alma quedaron impresas.

Ya desde los fenicios,
hasta los romanos….,
ya todos se enamoraron de ella
y ahora se muestra orgullosa,
porque de orgullo se trata,
contar con el gran mestizaje,
maridaje de culturas,
¡qué no tienen fronteras ni las reclaman!,
¡qué en su herencia!,
ya llevan grabados los saberes de
los cientos,
que forjaron cada una de las almas.
Y el orgullo de ser la completa,
henchida de culturas milenarias,
que forjaron, con delicados bordados de seda,
cada entresijo en las entrañas,
de ¡Cadíz!!!,
¡la más guerrera,
la más exquisita de las esencias!!!!



El ensayo previo…






Emociones…
Emociones durante el ensayo,
Mil emociones provocan sentimientos,
que pululan, se entrecruzan,
se interceptan,
ahora sin control, sin riendas…

Las risas traviesas, se cuelan entre los resquicios,
de las primeras pruebas del ensayo previo…
Aunque un atisbo de cordura, comienza,
y poco a poco se enmienda el recorrido de las juguetonas traviesas.
Y  despacio, muy despacio,
se encauzan…

Ya se muestran los indicios, tras esas manos al viento,
qué llegan al cielo,
qué se arrebujan, qué agitan el aire,
cuando la bailaora embruja, cautiva, seduce,
dejando su alma malherida en la entrega…

Cuando dos lágrimas sin control, se escapan,
y comienzan su periplo ante la invasión,
 de tantos sentimientos
que desgarran el alma,
emocionando hasta lo más recóndito de las entrañas…

Pero aún no toca la hora,
ahora toca la espera,
los días aguardando,
los ensayos en progreso,
el telón bajado, las luces en penumbra…

Aunque el espectáculo comenzó, en el primer trazo de las notas,
ante el primer quejío de las cuerdas.
En el instante  que el aire se llena del canto amargo
Triste y abatido, del cantaor  que cuenta sus lamentos,
elevando sus implores, reclamando sus derechos…

Ahora el violín eleva sus notas al firmamento,
qué ya había comulgado con los dioses,
¡desde el principio del tiempo!...

Ya el director ensaya con la tecla negra, la blanca.
Armonizando los quejíos, los lamentos,
los sentimientos.
Ya dirige, oriente y domina la escena…

Y de repente… ¡algo falla!,
aquellas notas de guitarra entraron antes de tiempo.
La cantante lanzó al viento un sonido discordante,
el agudo del violín, ambicioso,
el bajo del pianos, soso…

Y de nuevo se retoma,
se recomienza el ensayo,
¡Ahora todo parece ir bien!,
aunque alertadas y preparadas,
las complicaciones deseosas,
pululan por irrumpir en la Obra…

¡Y surgen los enredos!,
y se ensaya hasta el infinito,
siendo finito su tiempo…
Y ¡por fin la presentación ante el escenario!,
ya no ha enmiendas,
¡ya se desatan los nervios!

Ahora será lo que deba ser,
los artistas han comenzado,
el espectáculo,
da comienzo!!!