miércoles, 29 de mayo de 2013

¡Hora suprema!, ¡sueño eterno!, ¡venid por mí!!!



Allegory of Death 
De Clement-Auguste Andrieux (1860)




Fiel cumplidor del contrato establecido,
lo he sido.
Infatigable cuidadoso en las clausulas de la vida,
intenté serlo.
Pero fallé en una sola,
solo en una,
solo transgresor  e  infractor,
de una sola estipulación,
de  una brizna en lo pactado,
la marcada con mayúsculas
la que exigía demasiado,
ese requisito indispensable,
convertido en imprescindible,

            -“Vivirás para ti, y luego vivirás para el resto”-

Y, fallé!, fallé!..., en la nimiedad imprescindible,
porque fueron a otros a los que cedí,
una a una,
las horas, los minutos, instantes…,
que marcaron la irrisoria existencia,
convirtiéndome en una paria,
en un paria de mi vida.

Ahora la decrepitud de mi alma me exige la huida:
¡Tú momento ha llegado!
¡Llegó el tuyo, el añorado!

Descentrado, sentenciado de añoranzas,
 ¿de qué?, me pregunto, desconociendo la respuesta.
Sólo percibo que ya no estoy cómodo,
qué me incomoda el albergue,
porque no me identifica, porque no me representa,
ya no quiero ser ese  pobre fantoche,
el de tus antojos…
Ha llegado mi hora de huir para reencontrarme,
el pasado del anterior pasado me aguarda.
 Ése, que me hará avanzar sin trabas,
con seguridad en los pasos,
sintiendo la plenitud,
y ¡’por fin saciado!

Ya no deseo noches sacrílegas de sentimientos,
donde nos abandonábamos,
donde nos bebíamos hasta emborracharnos el alma,
para despertar con el alba de nuevo.

Y de nuevo el sufrimiento,
el que te vas de mi lado,
qué ya no sabré si vuelves.
¡Qué me muera de dolor, de angustia!!!

Ya me sobra este montón de huesos viejos,
que me  aprisionan y atenazan,
que no resisten más la espera de tu venida.
Ésos que me impiden la huida,
la del escapar sin retorno,
para retornar a mis orígenes,
para deambular con las estrellas,
camuflarme en gota de lluvia,
ser copo de nieve blanca.

Anhelo fundirme en la orilla de la placida playa,
para retomar mi comunión,
la perfecta,
con la fría naturaleza,
inclemente pero conciliadora,
frígida en apariencia, pero solo de facha.

Porque la bella nostalgia idílica permanece,
donde la cadencia pausada del temporal
marcará el compás binario,
la división rítmica de dos fragmentos,
la del amor y el consuelo.

Porque:
 ¡Hora suprema!
¡Sueño eterno!
¡Venid por mí!,
¡Qué ya estoy preparado!,
¡Qué ya estoy medio muerto!,
¡Qué ya siento la armonía en el esqueleto de mi cuerpo


lunes, 27 de mayo de 2013

Al progenitor fugitivo


The Girl I Left Behind Me

De Eastman Johnson (1872)


Para desandar lo andado, por el camino tortuoso del recuerdo,
por el pasadizo frio, maloliente, impúdico…,
prosiguiendo el sendero oculto, libidinoso y lascivo del subconsciente,
hasta encontrar mí sitio,
para establecer mí zona.

Y esquivo la lujuria de los indecorosos,
 las embaucadoras voces, esas que irrumpen en el silencio,
esas que me tientan a profanarlas,
porque de mí, ya se mofaron antes.

Porque no tengo historia,
porque carezco de sus recuerdos,
y me precipito por el lado oscuro,
por el patético y tortuoso
queriendo enmendar el oprobio
del desamor ejercido,
para que se convierta en desempeñado,
en amor del cultivado.

Para resarcir los lloros de los limpios,
para ensuciar aún más, el alma de los indecorosos,
hasta ejercer en mí historia.

Y descorro el camino recorrido,
desandando lo andado.
Y esquivo las voces maliciosas,
las que amedrentaron mi alma, la ofendieron, la enfangaron
con el fango de herejías y desatinos,
manchando el inmaculado espejo,
que refleja mi imagen de ahora, la de antes
la del comienzo,
desde el inicio del oprobio.

¡Para plantarles cara, y revolverme de  frente!,
con el descaro que me avala la ilegalidad,
por la infamia, instaurada por ejercida.

Para encontrar el sitio,
para encontrar el mío, el que me robaron los malhechores,
los intrigantes de historias,
al de este aprendiz de historia.



jueves, 23 de mayo de 2013

A la muerte


La Mort de la fiancée d´Hasanaga (1899)
De Alfons Mucha


Pobre el cansado, desfallecido,
el del aliento perdido, 
de las ganas dilapidadas,
de la decrepitud de la materia viva, 
de la dejadez de su hechura.

Ya el cansado, postrado, 
descansa abatido sin fuerzas.
Su cuerpo marchito, casi frio, 
casi helado,
ése, el del humano.

El Alma viva, corretea  alrededor suyo,
pero su ocaso no le sigue, 
no puede con el esfuerzo,
ella es joven, de pureza blanca, 
de brillos de fantasía,
de proyectos del mañana.

Yo le observo de rodillas,
postrado a los pies de su aposento,
siendo testigo de la llegada, de la partida,
del  tránsito preestablecido que sería a la hora exacta.

¡Ya llega la Parca!
¡llega con su afilada guadaña!
El brillo de su cuchilla afilada, 
contrastando con el riguroso negro,
el del luto de la encapuchada Parca.

Penetró sigilosa, celosa de su intimidad, 
protegida de miradas,
sólo venía por el Uno, que no opuso resistencia alguna,
el del cuerpo marchito,
el abandonado del tiempo.

Yo fui declarante de su partida, 
del halo que iluminó su aspecto,
de la entrega del último aliento de vida,
de cómo embuchó su vida,  
la Parca con su Santa Compañía.

Pero también vi, ¡fui el testigo de ello!,
al Alma volando  lejos,
¡la vi como se apartaba!
¡fui espectador de su huida!, 
¡dé como se quedo la Parca!,
solo a medias satisfecha, 
solo a medias convencida,
no pudiendo  arrebatar aquello,
lo que no le correspondía.

Ella la reina de la descomposición, 
de la putrefacción de la ponzoña,
partió envenenada, insatisfecha, 
porque el Alma huyó lejos,
sin temer a la guadaña, ni a la Santa Compaña,
porque ésta, ¡por fin era libre!, 
y voló hasta la cima,
a lo elevado del monte,
a lo glorificado del cielo.

Y yo fui testigo mudo, 
y yo fui testigo cierto,
de la partida, de la huida,
de la llegada de la Parca 
con su esquelética guadaña,
la que cargó con lo humano, la que cargó con lo muerto,
la que falló con lo etéreo, lo sublime,
de lo sagrado no contaminado, 
ni corrompido,
lo perfecto…


lunes, 20 de mayo de 2013

Porque no entiendo de qué va esto


“Porque me he levantado por el lado oscuro de la cama”

Head of divine vengeance
De Pierrre-Paul  Prud´hon(1808)





Porque no entiendo de qué va esto,
no sé de qué va el mundo.
Llaman justicia a la que no es justa, 
la que condena a delincuentes de poca monta
no  llegando hasta las alturas,
no llegando a los encaramados de la cima del muro.

Los que gobiernan, dirigen, 
tergiversan, engañan..
Ésos que manejan  los bienes,
las fortunas,
pero que a solo ellos llegan.

Mientras, los de escalafón del medio
les apoyan, se esfuerzan, 
en unos más, en otros menos,
¡Pobres payasos manipulados de gestos!,
que compran mierda camuflada de esplendor,
de chatarra vestida de brillos y filigranas,
de bisutería barata disfrazada de esmeralda pura.
¡Pobres los seguidores de engaños!

Hoy no se apoya al desfavorecido,
-¡Pero, por qué soy el desfavorecido?,
¿por qué me ha tocado serlo?
Porque los  listillos, los poderosos,
los que ahora viven arriba,
los ladrones, los delincuentes,  así lo deciden, 
el poder de lo fatuo les avala.
Y dividen el mundo en dos,
en el norte y en el sur,
el norte está arriba, 
el sur siempre abajo,
aunque ni el este ni el oeste se libran, 
la crueldad también los asiste...
Mueren inocentes, la ley no los cobijan,
 ni la ciencia les socorre,
ni los organismos encargados administran lo correcto.

Lo triste de este perro mundo es que se ha instaurado la indecencia,
mientras unos gritan ¡Quiero mi libertad!, 
y se convierten en seguidores
a pies juntillas,
apoyando al que vende la independencia a precio barato...
¡Inconscientes, analfabetos!,
no comprenden,
no entienden que piden la libertad de los manipuladores,
muy lejos de convertirse en la libertad, 
bella palabra a la que dejan hueca
de significado...

Porque no respetan,
porque acallan los que no apoyan sus propuestas,
las menosprecian, 
las ridiculizan con soliloquios de mentiras encubiertas.
Te empujan al escalón de abajo, al del sur,
hacia el que está  más manipulado.

Suben los impuestos, recortan los servicios
los mayores no ven visos de cambio, 
los adolescente no visualizan su futuro,
los pequeños aprenden de que va eso de la llamada crisis
a golpes de las faltas de los poderosos, 
mientras los suyo ni saben de qué va eso...

Expropian casas, solo de las de abajo,  
cuando los poderosos  poseen cientos,
de las de arriba, de las intocables.
Insuflan a los bancos, 
a esos que ya se quedaron con el dinero que engordaron sus arcas,
pero, claro, solo las de ellos, 
no había para tantos.

De valores precarios,
no me dejan ser creyente, 
pero yo si dejo ser ateo al de al lado, 
al de enfrente.
Los parricidas, las parricidas, campan a sus anchas,
invictos los asesinos, los corruptos poseen licencia, 
se compran los apoyos
a cambio de ilusiones plagiadas.

De cambios de actitudes de sectores femeninos,
de esos que desequilibran el equilibrio, 
porque son los mismos aunque estén en el lado opuesto.
Mientras a unos les ampara el sexo, 
a otros se les repudia,
ahora no merecen justicia, 
no les dejan ni atisbo de jirones donde denunciar su injusticia,
y deben llorar hacia dentro, 
embucharse el alma con sufrimientos,
porque los del sector opuesto silencian la verdad de su contrario,
y  salen vilipendiados, 
esquilados y se suicidan y se inmolan:
-¡Quiero a mis hijos!, tan solo verlos quiero.
Y les responden,
-¿Dé qué va este?, yo soy la propietaria de mis adentros,
 y yo soy la que manda,  y hago lo que quiero.
Por eso ahora no es posible reclamar paternidades,
les ha tocado cargar con el muerto,
con el muerto de sus ancestros...

Los odios se engordan
 cuando el paso del tiempo les debía de haber debilitado,
porque ahora otro es el tiempo, 
porque lo pasado ya pasó, y el hoy es el que cuenta.
Pero los manipuladores manipulan 
las mentes de los mediocres,
y los convierten en sectarios, en verdugos, 
en iluminados de las falsificadas verdades.

Y los separatismos priman,  las vallas, los muros,
los malecones, ésos que me impiden el paso:
-¡Tu eres del sur!, o te conviertes o te expulso, 
porque yo marco las reglas de mis dominios.
-¿De qué dominios hablan?, ¿de qué libertad acuartelada pregonan?
Pero esa es la que ofrecen,  
esa es la libertad que se vende ahora.

Y mi torpeza, mi pudor, mi compostura, 
mi empatía, mis creencias,
mis valores, mi respeto al respeto del que está a mi lado
me impide poner barreras, me impide imponer mis creencias,
me prohíbe poner cotos, 
cotos a la naturaleza,
a la mía a la de otros, a la del mundo,
a los habitantes del norte, del sur, 
hasta del este y del oeste.

Solo se una cosa, 
solo de una estoy cierta
no creo en el ser humano, 
y no me excluyo, yo soy uno de ellos...

Por eso grito buscando la orientación en la brújula fallida,
en la del alma del humano, porque:
-¡No sé de qué va esto que llamamos mundo!,
mi corta inteligencia no llega a las cotas altas,
ni a los altos muros!!!



viernes, 17 de mayo de 2013

¿Mi vida???


Joanna Chrobak (1968)



                                                        ¡Qué ocurre!!!,
¿qué son esas fuerzas extrañas qué me atosigan, 
qué me violentan?
Pretenden echarme obligándome a salir,
y yo no quiero. 
Esperaré,
igual cesan las agitaciones 
que  me exoneren del cumplimiento.

¿Por qué ahora?
¿Porqué me atosigan y me apremian?
No las conocía, no las reconozco,
de nuevo están ahí, otra vez ellas.
Pero ¿qué ocurre?, 
¿quién me oprime?,
¿qué hacen?, 
¿qué quieren ahora?

¡Dios, aumenta  mi angustia!,
debo hacer algo, no sé,
me apalancaré sobre la pared blanda,
sobre esta pared tierna y dulce de mi cobijo.

¡Dios qué está ocurriendo!!!, no puedo,
se ha vuelto rígida, áspera,
¡no puedo retroceder!, ¡no puedo!
Me digo, ¡un esfuerzo más!
¡hay que conseguirlo!!
¡no!, ¿porqué todo se ha confabulado?
¿Porqué han fastidiado mi descanso?,
toda mi existencia feliz empieza hacer aguas,
de repente la cabeza me duele.

 ¡Ay, cómo duele!, 
me he quedado encajado en este túnel,
y ¡me duele!, ¡me duele mucho!
Fuera escucho unas voces agitadas,
¿se habrán dado cuenta de mi dolor?
¡No!, ahora son mis brazos 
los que se oprimen contra mi pecho.
Quisiera gritar y no puedo, 
¡ahora mis piernas!, ¡qué dolor!,
las voces son más nítidas. 
¡Quiero salir de aquí!,
voy a empujar. Pronto alcanzaré esa salida,
no la veo y la presiento, 
de repente alguien me tira de la cabeza.

¡Ay, qué duele!, ¡nada!, 
¡nadie se entera!
 ¡Por fin lo he logrado!:
-¡Oh, qué niño tan hermoso!
 Esa voz no la reconozco:
-¡Déjenme ver a mi niño!
A ésta si la reconozco, 
¡por fin la dueña de mi cobijo!

Pero me duele, me duele y quiero gritarlo,
y solo emito un sonido, raro, estridente,
 pero lo logro, ¡por fin el desahogo!
y lo hago con fuerza,  
deben saber ¡qué me duele!

Entonces me invento mi llanto,
y agito mis brazos, y mis dedos,
mis pies, y hasta la cabeza la giro,
y es entonces cuando comienza mi vida.

¡Paradojas de la vida!
¡Discordancias del ser humano!
¡Las pocas luces de esa materia gris, de ese cerebro engendrado!
¡Incultos, ignorantes, zafios, prepotentes, analfabetos del llanto!
¡Indecentes, indecentes, lascivos, lujuriosos!
¡Prepotentes de los excrementos, fieles a los exabruptos de sus bocas!
-¡Esa vida es mía!
            Gritan los posesos de creencia vacía,
los que cimientan la vida en sus cobijos,
-¡Ese es mi cobijo, y yo cobijo, o no cobijo!
           Gritan los dominadores del vacío, de la oquedad,
           del vacío sin vida,
           gritan los genocidas, asesinos confesos.
Y yo también grito,
pero no escuchan,
y me rebelo,
pero no atienden.

¡Pobre ilusos!, 
mi vida es mía,
mi dueño yo, ¡pero solo de la mía!
Porque ahora recuerdo que tengo recuerdos
de otro momento parecido, 
en otro remoto tiempo,
donde entonces fui yo, ese asesino confeso.

Por eso lo grito ahora, por eso me arrepiento,
porque ya cercené una vida, 
ya fui el genocida confeso, el que se quedó con el llanto,
y por eso hoy me arrepiento 
y doy fe de mi dolor y de mi llanto,
y por eso lo grito desde esta vida,
desde este otro lado,
desde el lado oscuro del Infierno!!!