domingo, 27 de octubre de 2013

Cansado…


Safet Zec (1943)


Cansado…,
tan cansado como la corteza del árbol,
la ajada, la de sin vida,
ésa que albergó cientos amores que apuñalaron,
su envoltura,
dejándole cicatrices perpetuas en su recia hechura,
¡qué  se nutrieron de su savia!,
¡qué se  bebieron  su esencia!,
y exprimieron cada gota de su jugo.
Para luego ser deshechos, cada uno de los cortejos,
ser corteza ¡ya sin vida!,
la recia peladura marcada con buriles de  tajo…

Cansado…,
tan cansado como el más cansado por viejo,
por anciano, casi medio muerto de figura,
casi marchito de pellejos,
de cansado por gastado
por la vida,
por el correr de su alma, fatigado,
por sus engaños liquidado…

Cansado…,
por el desaliento de la espera
porque la espera no le sirve,
porque sabe,
porque intuye,
que no llegará lo deseado y  la codiciada llegada de lo esperado,
se quedará por siempre amortajada
en el silencio atroz del desahuciado.

Porque ya no siente los deseos de su imagen,
ni del roce de su voz en su osadía,
ni de la frescura de su aliento en su angostura,
ni de las palabras livianas que volaron con la brisa
empapadas de te quieros impostores,
de desazones  enredadores…

Porque está cansado,
tan cansado como el viejo,
fatigado,
por el correr tras el alma traicionera,
y se quedó por sus engaños liquidado…
Ya como el viejo por anciano,
ya por cansado de esperas
repleto de desesperanzas,
porque ya las esperanzas se quedaron tan vacías,
tan huecas de por vacías!!!!







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