jueves, 27 de noviembre de 2014

Pobres ilusiones….



“El jardín de las Delicias” (detalle)
De Hieronymus Bosch (1480-1490)




Pobres ilusiones que solo son eso,
Ilusiones,
meros espejismos en la noche negra…
Cuando la normalidad
regresa al campo abonado de batallas.

Su víctima, el soñador,
 el vencido de la mañana,
tras el abandono incierto qué da paso a la tregua…

Parapetado en trincheras,
tejidas laboriosamente,
con ilusiones, sueños,
y una miaja de esperanza:
y se muestra dichoso, 
y bebe del brebaje ilusorio.

El que le otorga comulgar con los dioses,
acariciando, por un instante,
delicadamente a su estrella…

Y se queda al resguardo,
socorrido bajo el  breve Preámbulo
de refriegas,
ése que da paso a las utopías pasajeras…

Pobre plagio que se muestra desafiante,
¡qué desune lo cierto, lo real!,
de las ilusorias ensoñaciones de la noche negra,
¡convirtiéndolas!, 
en rivales de contiendas…

¡Qué no se tocan,  qué no se palpan!,
Porque la una,
¡desarma, la esperanza idealizada,
de la otra!!!



domingo, 2 de noviembre de 2014

Te regalo….



La pesadilla (1781)
De Johann Heinrich Füssil





El cruel advenedizo de los Sentimientos,
el esperpento más diabólico y sanguinario,
espera pacientemente,
cada día, sin prisas.
Terco, pertinaz, constante…

Aguarda la llegada de su secuaz cómplice,
al Sueño de media noche,
el que será su ayudante en el empeño…
Cuando éste llegue usurpando los pensamientos
que enfangaran los latidos
de las almas cristalinas…

Ya lo consiguen, el uno al lado del otro
manejando  al manejado,
ya éste, que cede
Ya el manipulado que deja su grito díscolo
al descubierto…

Y en el negro de la noche sin estrellas,
por fin, una voz, resuena en el silencio,
es el secuestrado ya liberado por los compinches,
que ya grita, en un lamento,
aunque nadie escuche su llanto,
aunque a nadie le sirva:

¡Te regalo un hueco en los sueños de todas mis noches!
¡Te regalo el instante mágico de mis horas en las mañanas!
de mis minutos, de mis segundos,
pero de todos los que me restan de vida…

¡Pobre!, mil veces, necio el manejado,
que se dejó llevar por los usureros,
desconociendo del final más que estipulado
que ya  dejaron  su alma estigmatizada,
dañada, malherida.

Aunque en la mañana
llegue un nuevo día,
que ya  regresará sentenciado,
cargando por siempre con el Sueño
de ése, 
el inalcanzable de la noche, del crepúsculo
y de la amanecida…