Girl With a
BooK (detalle)- De Pietro Rotari (1750-62)
¡Qué sucedió, aún me pregunto,
si
la calma de mi marchito cuerpo
cambio
el descanso, el letargo por el florecimiento!
¡Qué hacer si el marchito no brotó en lo
visible!
¡Qué hacer cuando el marchito retoñó en lo desahuciado
de mi cuerpo!
La
soledad imperaba en el territorio marcado de melancolía
asimilando
el aislamiento del alma,
la
que va por un lado,
la
que no envejece porque no se convence del tiempo pasado.
Y
del otro lo añejo, la decrepitud de lo rancio del cuerpo,
el
de su esqueleto, el de sus fibras casi malolientes de corrompidas.
¡Qué hacer si el minúsculo rayo invadió la
retina endurecida, casi fosilizada!
¡Qué hacer con el culpable,
el
que iluminó hasta el fondo del fondo del interior de lo tétrico,
el
causante del trastorno por la ansiedad
resurgida!
Y
aparece el sufrimiento,
y
reaparece la desazón, las ansias que renuevan lo visible, lo externo.
¡Qué hacer si tu mirada, ese simple rayo de
vida
interceptó
la mía sin mi consentimiento!,
que
por desprevenida quedó apresada,
eternamente
cautivado quedó lo externo,
ahondando,
socavando como túnel del tiempo!
¡Chiquilla, qué ahora trepa a mis labios tu
sonrisa!
¡Chiquilla, qué ahora tus palabras me
apuñalan lo entumecido del cuerpo!
¡Dios!, ya mis ganas aletargadas se postraron
a tus encantos
de
domadora, ya cedo,
ya
me hundo y sucumbo a tu cortejo,
y
siento, y me estremezco, y rozo el deliro
y
recuerdan mis interiores, y mi corazón suscribe
qué ya fueron comedia, parodias todos los sinnúmeros
vividos,
en
el ocaso del tiempo pasado,
de
los compartidos con los sinnúmeros de
cuerpos,
donde
amé hasta la locura
siendo
locura disfrazada de exaltaciones por lo excitante del verbo.
¡Chiquilla de ojos negros qué has hecho,
qué
ya me someto al pequeño rayo
interceptado!
¡Qué
renazco sin renacer!,
¡qué
casi muerto, vivo!
¡Qué casi muerto, siento hasta la locura
infringiendo
las normas de lo prohibido,
traspasando
el orden natural establecido
que
recuerda mis horas de asueto ya
expiradas,
porque
son pocas las que restan del total ya predispuesto!
¡Qué eres chiquilla de ojos bellos,
de
misterios en la mirada,
de
color negro de carbón negro!
¡Qué no es mi momento!
¡Qué ya soy ocaso en el invierno del tiempo!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Soberbio!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe satisface saber que te ha gustado.....Besos querida María José
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