¡Baila princesa baila!
¡Baila qué es tu
momento!!!!
¡Qué tus enaguas vuelen al compás del tiempo!,
¡qué tus zapatos marquen el compás perfecto!
Y luce tu sonrisa, y acicálate de primavera,
¡qué ya llegará el
otoño y se caerán las hojas!,
¡qué ya llegara el invierno para helarte las ganas!
¡Baila princesa baila,
sé la reina del cuento!
sé la reina del cuento!
¡Pero ahora!, ¡qué el ritmo del tiempo aguarda!
¡qué se venga!,
¡qué suma las cuentas!,
¡qué suma las cuentas!,
¡qué pasa las hojas del tiempo!,
ésas que restan de la prorroga de su vencimiento.
ésas que restan de la prorroga de su vencimiento.
¡Sé la bella de la fiesta!!!,
¡baila al compás de las notas!,
las de los violines,
las del arpa y la flauta.
las del arpa y la flauta.
Rocíate de su hermosura, de su alegría,
de lo agudo de sus notas,
de lo agudo de sus notas,
¡qué luego ya vendrán los sonidos profundos
y graves!,
los del fagot, los de la tuba,
ésos que sonaran a muerto,
cuando el cuento qué te contaron
toque a retirada, ha insatisfecho,
a, no conseguido,
ha diluido en el afluente del tiempo.
a, no conseguido,
ha diluido en el afluente del tiempo.
Porque ¡princesa no te creas el cuento!,
ese del final
bello,
donde la felicidad se alargaba en cada página del cuento.
donde la felicidad se alargaba en cada página del cuento.
¡Qué cuando se acaba el cuento,
comenzará otro cuento!,
comenzará otro cuento!,
no de sabor a fresas,
no de sabor a menta,
no de sabor a menta,
será de sabor amargo, de lamentos agrios
de lágrimas ácidas,
que imprimirán su huella dejándote marcado el rostro,
que dejaran fijeza en cada surco de tus gestos,
en cada estría de tu joven alma.
Por eso ¡princesa baila!
¡baila ahora!,
¡baila al compás del viento!
¡Tan solo baila!,
¡qué es tu
momento!,
¡qué ya llegará el otoño!,
¡qué ya llegará el invierno en el final del cuento!!!
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