Detalle
de la obra “Horizonte”
De Angustias de
las Cuevas (2006)
¿Quién marcó la fina línea
que separan los conceptos?
¿Quién pintó con tiza,
sobre el suelo mojado,
la fina línea que separa lo bueno de lo malo?
la fina línea que separa lo bueno de lo malo?
¿Quién falló en su
arquitectura,
la que debería ser recia?
la que debería ser recia?
¿Por qué todos ostentamos la
dualidad,
la no perfecta?
la no perfecta?
Porque entre lo uno y lo
otro,
la sutil diferencia,
la sutil diferencia,
ésa que marcamos los humanos,
basados en la conciencia,
basados en la conciencia,
¡en esas tristes
conciencias!
para sentirnos satisfechos,
para no erigirnos en
radicalismos inciertos.
Y prevaricamos,
siendo lo uno y lo otro,
siendo lo uno y lo otro,
lo recto, lo ordenado,
manteniendo a la vez lo
tortuoso,
lo enturbiado,
lo enturbiado,
porque nuestra prudencia
dejó de ejercer poderes,
ésos que marcan la sensatez,
la que marca la diferencia
entre lo bueno y lo malo.
Y todos infringimos, empapándonos
de caos,
alimentándonos de indecencia.
Desandamos lo andado,
para de nuevo emprender la
vuelta.
Dotamos a la injustica de
legalidad,
invirtiéndola en el bando,
llegando a ser justicia lo legalmente cierto,
llegando a ser justicia lo legalmente cierto,
lo inquebrantable, lo
hacedor, pero basado en infracciones,
en despotismos,
en atropellos,
¡en corruptela de ganga!
Y todos participamos de la
marea negra,
¡todos esos individuos entre
los que me cuento!
Mediocridad del alma,
de la avanzada en el progreso,
de la avanzada en el progreso,
de la vitoreada por muchos,
de la alimentada por miles,
de la lamentada por cuatro.
Por solo cuatro de
conciencia limpia,
de criterios ciertos,
de los que vieron la línea,
la desfigurada por el humano,
la desfigurada por el humano,
y la vieron evidente, y supieron de la
separación,
de la perfecta...
Ya el buril dibujó sus surcos profundos,
la diferencia en sus
conciencias,
las que marcaran su rumbo,
conocedores del muro impenetrable,
conocedores del muro impenetrable,
el que existe entre lo bueno
y lo malo.
Pero solo cuatro son los
dotados,
solo cuatro reconocerán su
existencia,
a solo cuatro es permitido,
a los de exquisita pulcritud
en el alma,
los poseedores de verdadera conciencia.
Y aislaran,
limitaran,
distaran la separación inquebrantable,
¡ésa, que debe prevalecer
entre lo bueno y lo malo!
Entre Immanuel Kant y Gongora. Bellisima
ResponderEliminarMi querido Jesús, no sabría qué decirte más que te agradezco infinito tus palabras, mis renglones cortos solo son sentimientos que se conjugan con las palabras...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo sin que olvides que te quiero...