Dedicado a mi abuela María, a la que quise, a la que
quiero, a la que querré hasta...., de su Angusty, de su querida nieta.
Preciosa Ilustración de Alexandre
Honoré
―Angusty,
¡baja esos pies qué tienes bajo el culo!
Era mi
abuela que me hablaba en el ayer de mi pasado.
―¡Qué una
señorita debe sentarse derecha y con la espalda bien recta!
Y yo la
miraba atenta,
y la sigo
mirando desde el hoy de mi presente,
mientras
recuerdo mis preguntas,
ésas que
me hacía para mis adentros,
―¿Por qué
me dirá culo cuando quiere que yo diga trasero?
Y en ese
momento no lo entiendo,
aún no
llego a esas alturas que da la madurez del tiempo.
Y ahora
la miro desde el hoy de mi presente,
y
la miro en el ayer de mi pasado,
pero la
miro, la miro y sonrío,
me hace
gracia lo que dice,
mientras
yo dibujaba colores, dibujaba fantasía,
relatando
cuentos en voz alta,
y
ella mientras,
ocupada
con el soplador en ristre,
manteniendo
las ascuas del picón encendida,
¡las dos
al calorcito delante de aquella mesa camilla!
Ella cuidando
que no me quemara
yo
entregada a mi fantasía,
dibujando
colores,
inventando
cuentos,
para vivir
mi sueño de golosina.
Yo la
niña más feliz del mundo,
ella la
abuela más abnegada del planeta.
Hoy mi
memoria ha retomado esos instantes,
ha
recolectado esos momentos,
esos
momentos en los que una vez fui niña,
en los
que una vez fui nieta,
en los
aromas a alhucema que se fundían con las ascuas,
ésas que
soplador en ristre,
ésas que
agitaba mi abuela!!!
Me ha encantado, Gus.
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