sábado, 1 de diciembre de 2012

¡Comenzamos de igual manera!


Este microrrelato ha sido seleccionado para formar parte del libro: 
“RELATOS PARA MALALA”
 (1-dic-12)- Fundación Insonomia



Unas fuerzas extrañas me obligan  a salir pero yo no quiero, esperaré un poco, igual cesan estas agitaciones. Pero ¿qué ocurre?, ¿quién me oprime?, ¿qué hacen?, ahora está aumentando mi angustia, debería hacer algo; intento retroceder, apalanco mis piernas sobre la pared blanda que me cobija,  pero  ahora está rígida.  Todo se ha confabulado para fastidiar mi descanso, toda mi existencia feliz empieza hacer aguas, de repente la cabeza me duele, ¡Ay, cómo duele!, me he quedado encajado en este túnel, y ¡me duele!, ¡me duele mucho! Fuera escucho unas voces agitadas, ¿se habrán dado cuenta de mi dolor? ¡No!, ahora son mis brazos los que se oprimen contra mi pecho, quisiera gritar pero no puedo, ¡ahora mis piernas!, ¡qué dolor!, las voces son más nítidas. ¡Quiero salir de aquí!, voy a empujar. Si tengo suerte pronto alcanzaré esa salida, no la veo pero la presiento, de repente alguien me tira de la cabeza, ¡Ay, qué duele!, ¡nada!, ¡nadie se entera! ¡Por fin lo he logrado!
-¡Oh, qué niño tan guapo! -esta voz no la reconozco, pero hay otra que llora, esta sí, esta la conozco, es la dueña de mi cobijo que dice:
-¡Déjenme ver a mi niño! -es entonces cuando lloró con fuerza, quiero que sepan ¡qué me duele!, de lejos me llega otro llanto que suena como el mío.
-¡Oh, qué niña tan guapa! -deduzco que es otro  que está pasando por el mismo calvario, ¿por qué le han llamado niña si los dos sufrimos lo mismo? ¿Será que es lo mismo, será que los dos somos iguales?



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