The
artist´s model
De Louis Galliac
(1934)
Perdidos se quedaron mis
colores, mis pinceladas emborronadas,
incapacitados mis pinceles,
y la llamo,
y le suplico:
¡Vuelve!,
y se niega.
¡Te
necesito!, y no acude.
¡Te
lo ruego!, y no atiende siquiera.
Poseedor de la belleza me
creía,
la de los colores vivos, la de la pincelada
cierta,
¡Y lograba montañas, ríos,
orillas. Refinadas flores;
luz, en el
tosco verano; calidez, en gélido invierno!
¡Pobre
blanco lienzo manchado!,
funestamente ensuciado,
de tonalidades grises,
opacas, hastías,
cuando antes escribían
idilios, misterios y fantasía,
en el blanco, de tu blanco
inmaculado.
¡Ven!,
la llamo y no viene.
¡Regresa!,
y no escucha.
¡Ayúdame!,
y no me presta asistencia.
Y cojo mis pinceles y cojo
mis colores,
y el inmaculado lienzo, y lo
intento,
pero mi Musa me abandonó.
Ya convierto engendros de la
noche,
colores enfangados, sucios,
adulterados, reconcomidos de miedo,
de alientos malheridos.
Ya se esfumó la belleza, ¡pobre fantoche del
color!,
que convierte la perfección
en impureza,
la sutileza en vulgaridad,
en torpeza.
El pesar es duro,
vivir sin ella, más duro
todavía.
Y me preguntó frenéticamente:
¿Regresará
mi Musa a mi vida?,
¿volverán
de nuevo mis colores?,
o mi final se acerca, el
final de mi fantasía…..
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