(Este microrrelato fue finalista, y anda metido por ahí, escondido, entre algunas de las páginas de "Cachitos de amor", pero está ahí, ese lugar se lo ha ganado a pulso)
Sorteaba un espacio en el que las miradas se agolpaban, se estorbaban, se cruzaban unas con otras, se estrellaban; mientras otras fluían libremente según su libre albedrío, sin pretensiones, dejándose llevar. En ese lugar, mi mirada no tenía esperanzas, deambulaba sin orden ni concierto, evitando el choque, alertando a mi guardia. Pero perdí la batalla, tu mirada apresó la mía, y cedí.
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