………..Sofía no pudo dormir en toda la noche, se
levantó a las siete de la mañana, se fue a la cocina y preparó crêpes, y
chocolate, luego se duchó pero no sabía que ropa ponerse, quería estar guapa,
se dejó el pelo suelto, recordó que a él le gustaba, al final se colocó los
vaqueros y una camisa arregló el comedor
y esperó, de repente el timbre de la
puerta sonó con insistencia, como teniendo prisa, y ella dio un respingo y se
puso de pie, también tenía prisa, tenía ganas de verlo, pero de repente se paró
en seco,
-¡Dios mío!, ¿qué hago ahora?, y Alejandro durmiendo
todavía-, Sofía no tuvo tiempo de seguir pensando porque de nuevo el timbre
sonó con más fuerza, ella aligeró el paso y giró el pomo de la puerta. Delante
de ella estaba Alexandre, más guapo que antes, con una barba canosa que le
proporcionaba cierto aire descuidado, su
pelo gris, una sonrisa encantadora y su mirada que la dejó desconcertada, no
sabía que decir, ni cómo actuar……Alexandre se
acercó a ella y dándole dos besos, le dijo:
-¡Cuánto me alegro de verte, mon petite!-, estas
igual que antes, como te he imaginado durante todos estos años, como te he
soñado desde que me fui. Perdona, ha sido un pequeño lapsus, es que estoy
eufórico, el saber que soy padre de Alejandro, me ha convertido en el ser más
feliz de este mundo, y que tú seas la madre, mucho más.
-Pasa, Alejandro aún no se ha levantado, pero
enseguida lo llamo, siéntate un momento-, Sofía no pudo articular ninguna otra
frase, todo lo que acababa de escuchar le sonaban a frases irreales, a esas que
se dicen los enamorados en los libros. Estaba temblando como un flan, y dejó a
Alexandre en el comedor, y ella huyó hasta la habitación de su hijo, tenía que
levantarse, tenía que ayudarla.
-Ya voy, enseguida me
levanto, pero no dejes a Alexandre solo, va a pensar que es una descortesía-,
le respondió su hijo, que tenía toda la razón, así que de nuevo fue al comedor.
-Perdona mi comportamiento esta situación es
demasiado difícil para mí. Te debo muchas explicaciones, pero no tuve otra
alternativa, lo hice para no comprometerte, no quería obligarte con una responsabilidad
hacia alguien que solo era tu amiga, una compañera de las muchas que tenías, y
que de repente te iba a cargar de por vida con un hijo.
Además tenías tantos proyectos, que no me atreví. Perdona.
-Alejandro me contó cómo fue todo, y tan solo tengo
que sucumbir ante tu generosidad, pero equivocada, muy equivocada.
-Tienes razón mi modo de actuar fue el equivocado,
pero cuando Alejandro quiso saber de ti, yo empecé a buscarte, y parecía que no
existías y así ha sucedido durante todos estos años.
-Lo de la equivocación no es por eso, si no porque
para mí eras mi pequeña, pero mi gran amor, a nadie he querido más que te quise
a ti, tenía miedo de esa locura que vivía todas las noches contigo, y durante
todo este tiempo aún no he logrado borrarte de mi cabeza. Si me hubieses
contado tu embarazo, yo no te habría dejado nunca, perdóname por no decírtelo
en su momento.
Alejandro entró en el comedor, vestido y dispuesto a
salir,
-Alexandre sobre las cinco estaré de vuelta, como
habíamos quedado. Ahora os dejo, tenéis demasiadas cosas que contaros-, Sofía
no sabía si alegrarse o salir corriendo, pero se quedó y hablaron durante horas
y horas, aunque el tiempo pasó demasiado aprisa, velozmente, convirtiéndose tan
solo en un sueño fugaz. Alexandre le explicó como en uno de sus primeros viajes
le tocó ir a Goma, al este de la República
Centroafricana, allí tenían montadas dos
clínicas móviles, la zona era muy conflictiva, las milicias estaban en
continua lucha y la gente tenía que
desplazarse kilómetros para hacer una consulta médica. Alexandre no podía con
tanto horror cuando le tocó ver como poblados enteros eran masacrados, reducido
a cenizas, la gente descuartizada; a veces apresaban a las jóvenes a las que
sometían a toda clase de vejaciones y luego se deshacían de ellas. La situación
se estaba volviendo insostenible y les habían ordenado abandonar Goma porque
corrían peligro,
-Fue
entonces cuando, sin pensarlo dos veces, cogí el todoterreno que teníamos y me
dirigí hasta el campamento donde sabía que tenían apresadas a cinco jóvenes, no
te puedo explicar cómo lo hice, porque ni lo recuerdo, el caso es que logré
ponerlas a salvo llevándolas a otro poblado, pero una de las chicas que apenas tenía
unos quince años la habían violado y estaba embarazada, su salud era muy débil
y yo sabía que si la dejaba moriría. Mi actuación supuso un gran problema para
la ONG, nos hemos llevado años sin poder acceder a ese poblado, y a mí me
cambiaron la identidad, había un grupo de milicianos que tenía conexiones y se
pondría en peligro mi familia, así que por eso tan solo te pude mandar tres
postales, después Alexandre
Lambert Duval tuvo que desaparecer ahora me llaman Paul.
-Lo siento te ha tocado
vivir una vida muy dura, ¿aún sigues cooperando?
-Sí,
no he dejado de hacerlo en ningún momento, ahora me habíais pillado en Francia
visitando a mi familia, porque conseguí llevarme a la chica que rescaté, me
tuve que casar con ella, para que pudiera obtener la nacionalidad, se llama
Diane y su hijo, bueno nuestro hijo, se llama Eric, nació en Francia, mis padres se ocuparon de
ella y del niño, ahora es todo un
ingeniero, es un hombrecito muy listo y
estoy muy orgulloso de él. Ellos son mi única familia, hasta ahora. Pero tú,
¿cómo no te has casado?
-Bueno, hoy toca sincerarnos
y contar la verdad, aunque salí con varios chicos ninguno, ni de lejos, logró
penetrar en mi corazón del modo que lo hiciste tú, así que prefiero estar así,
a mi modo soy feliz, bueno o lo que sea.
De repente el sonido de
las llaves y la voz escandalosa de su hijo, le hicieron regresar a la realidad,
-Ya estoy aquí, ahora
me toca robártelo, lo siento pero ahora es mío-, dijo Alejandro que entró en la
casa como un elefante en una cacharrería, tropezando con todos los muebles, ¡es
que la casa era tan pequeña, que era normal! Y los dos se fueron y Sofía se
quedó aturdida, pormenorizaba en su mente todo lo que habían hablado y sintió
nostalgia,
-Si se lo hubiera
contado, nuestra vida hubiese sido diferente, me la he perdido y ya sí que no
hay esperanzas, aunque en mi interior aún guardaba un pequeño atisbo de ella,
ahora ya ha desaparecido por completo, el ya tiene su familia.
Pero de nuevo la vida
le tenía reservado otro varapalo, ahora Alejandro fascinado por la labor que
Alexandre estaba desempeñado, había decidido ir con él, era la única
oportunidad que tenía de resarcirse de la carencia de su padre, además también
tenía sus mismas inquietudes, así que de la noche a la mañana, Sofía se quedó
completamente sola. Su hijo se ponía en contacto con ella, cada vez que podía.
Con Alexandre no volvió a hablar, tan solo le mandaba saludos a través de su
hijo. Ahora sí que la nostalgia la había invadido por completo, ella era su
única compañera. Pero de nuevo una llamada:
-Mamá, mamá, ¿estás
ahí?, contesta.
-Sí, pero se oye muy
mal, ¿te ocurre algo?
-Oye, escucha ha
ocurrido algo muy grave, papá se había traído a Diane, y a Eric, que quería reencontrarse con sus
orígenes, pero cuando venían para acá han atacado
la camioneta y los han matado a todos, papá está vivo de milagro, aunque está herido y totalmente
hundido. Escucha, lo llevan para Bélgica, no se a que aeropuerto ni a qué hospital,
tú tienes que informarte, te pido que estés allí para cuando llegue.
-¿Pero qué dices?, no
te entiendo muy bien, como voy a ir yo, seguro que irá su familia, no es mi
lugar.
-MAMAAAAÁ!!!!!!!, ¿te
has enterado que han matado a su familia?, que ahora está solo, no le queda
nadie, tan solo estamos tu y yo, así que
ponte en marcha ya. Yo no puedo abandonar el centro hospitalario, tan solo somos
tres médicos y no damos a basto, son mucho los que nos necesitan. Besos te
llamaré en cuanto pueda.
Sofía no podía creerse
lo que estaba sucediendo, ¿tan cruel podía ser la vida con una persona que tan
solo pretendía ayudar a los demás?, era demasiado triste-, pensó, y entonces se
reveló, esta vez no se iba a equivocar, esta vez su decisión debía ser la
acertada, y entonces descolgó el teléfono y se puso en contacto con la ONG
donde le pudieron indicar el hospital al que trasladaban a Alexandre, se fue a
la agencia de viajes, compro un billete para Bélgica, el avión saldría al día
siguiente a las veinte horas, tiempo más que suficiente para guardar algo de
ropa en una pequeña maleta, pedir en el trabajo un año de excedencia por motivo
de enfermedad familiar, y dejar la casa medio en orden.
Ahora la nostalgia había desaparecido, ahora
una fuerza interior, inusitada y enérgica, la había acaparado, ahora tenía que
tomar las riendas, tenía que luchar contra todo lo que se interpusiera entre Alexandre
y ella, ahora ya no estaba dispuesta a perderlo, había llegado su momento.
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