Erlkönig
De
Julius Sergius von Klever(1887)
Cuando ya no puedes
más, y te preguntas:
¿qué hice
mal????..,
¿dónde comenzó el dislate???,
¿dónde comenzó el dislate???,
¿en qué momento el
desconcierto???
¿Cuando me
equivoqué en la elección de la senda?,
¿porque no recurrí
al atajo???
Ahora, cuando el
frío te inunda el corazón
lo amortaja y le
deja sin vida.
¿Qué hacer?
¿A quienes reclamar
tantos sueños extraviados?
¿En qué lugar
hallar las respuestas orientativas?
¿Por qué?,
¿para qué?,
¿hasta cuándo seguirás
con tanto esfuerzo?,
con tanto y tanto
peso
de dolores sin
recompensas, sin contrapartidas!!!….
¡Hasta donde el dar,
el entregar, el
ceder,…
Mil preguntas
aguardando,
mil incógnitas
esperando ser resueltas.
Pero no, ahora no,
ahora no es el
momento.
ni el segundo,
ni el acento
imperceptible del esdrújulo,
porque ahora ya no
es tu momento.
Porque éste
discurrió con prisas, veloz,
con furia, deseosos
por ser el pretérito de tu tiempo
del presente, del
futuro,
y hasta del final
de los tiempos…
Y te hundes cuando
no sabes y de dudas estás llena,
¡sí te ofreciste
tanto que no sabías que atesorabas!
Y amaste,
y adoraste,
y reverenciaste con
una parte de ti,
de ésa que decidió apostar
por esta senda,
¡pero que no es la única!
porque otra parte
de ti se camufla,
la perfecta y
generosa la sepulta,
la enclaustra en
los bajos fondos del espacio reservado a
a los degradados,
contaminados por
libertinos
por inmorales,
narcisistas del
paraje de tus sentimientos,
ésa que anda
escondida
porque no contempla
el don de la perfección,
y ahora clama su
lugar, su poltrona
aprovechando el
abatimiento de la que equivocó su senda.
Y la digna errada ya se revuelve,
intenta responder,
pero ahora está cansada,
demasiado cansada de su vida no resuelta.
Ahora, desesperada,
invocas,
reclamas el don de
la sabiduría
que te ayude a
encontrar ese otro yo
y por fin recorrer la otra senda,
para conseguir
sentir en tu esencia
ésa que logre
gozar de gozos, su alma completa
para que almacene
los brillos de ese cielo repleto de estrellas.
¡Qué lance su grito
a las alturas!
¡Qué el
inconformismo la atrape!
¡Qué por fin el conformismo se disuelva,
y se excluya de tu vida no resuelta!
y se excluya de tu vida no resuelta!
Porque la vida se te
acaba en el suspiro,
en el leve suspiro
entre tu ayer y tu ahora,
y de qué,
de qué te sirvió
tanta entrega???
De nada,
para nada sirvió,
para nadie.
Porque todos la
obviaron,
¡ni la vieron!, ni
la percibieron,
ni las tasaron como válidas!,
ni las tasaron como válidas!,
Por eso estás
cansada,
¡tan cansada con tu
vida!!!!