L´abito nuziale
De Frederick Wiliam Elwel (1911)
Sentimientos devaluados, que
se venden barato,
a coste de saldo,
a precio de ganga.
Por ser seccionados, cejados
en el comienzo de su mañana,
donde se quedaron sin
demandas,
porque no servían, por no
requeridos,
cuando debieron ser implorados
rogados, deseados…
Esos que iniciaron la
andadura del camino
siendo los no correspondidos,
y se doblegaron al sendero,
siguiendo los pasos,
lento, manso,
¡De tan mansos…, pisoteados!
No carecían de objetivos, ni
de pretensiones,
ni de razones ni causa,
¡qué ya lucían su brioso
estandarte con latidos por el adorado!
¡qué ya describían su nombre
con los pinceles del arco,
con los iris encendidos en
cada una de sus rayas!
Y debieron ser
escuchados,
y debieron ser atendidos,
para no ser mancillados por
el frio corazón del hielo,
ése,
¡qué congeló los anhelos de
los sentimientos,
tristemente, devaluados!
Ahora el llanto desconsolado
apremia,
el desconsuelo del quebranto,
se lamenta.
Ya postrada, la desalentada,
recrea sus desgracias
ante el inmaculado blanco del tapujo,
ante el cándido envoltorio,
el que exhibiría hoy sus
sentimientos,
ésos,
que hoy fueron despreciados.
Donde cosidos con puntadas de júbilo,
zurció las esperanzas
deseadas,
que fracasaron,
pasando a ser las mancilladas, las pisoteadas,
las cejadas en el comienzo
de su mañana,
cuando soñaron, ser las
imploradas, las requeridas.
Y el desacato, del
estafador, las convirtió
en los andrajos,
en los lo desgarrones de
los sentimientos devaluados,
¡qué hoy se venden barato,
a coste de saldo,
a precio de ganga!!!