“Studio di nuvole” (1851)
De Adolph Von
Menzel
Hoy descubrí otro
tormento
en la terquedad de
los deseos exiliados.
Aunque reniegue de
su energía,
Aunque maldiga cada
uno de sus cantos
que se tornan
seductores, encantadores, tentadores…
Ya los días se
pintaron de grises, con pinceladas del negro amargo,
porque pienso en
ti,
porque te añoro y
te pienso.
Continuamente te
siento en cada latido,
y en cada silencio…
Ya, mis ojos desesperados,
rebuscan entre las imágenes,
lo bello,
que se acomodaron
en el apartado virtuosismo de lo ingrato.
Sin entender si
quiera que se tratan de ráfagas,
de gélidos deseos
de ensueños,
Porque son mis ojos
los que miran
y ellos los que
sueñan con ella, con tu imagen
que se resiste a
ser lo amargo,
reclamándome ser lo
imprescindible y necesitado…
Ésos, los tercos deseos exiliados.
Porque no se
decirte ¡te espero!,
porque no encuentro
las fuerza en la palabras
que griten mi
desespero, por eso
hoy mi llanto se
tornó en intenso,
y se unieron al virtuosismo
de lo invocado
que cobijaron tus
retratos ,
los que se fueron y
se alejaron en el tiempo del letargo.
Y descompongo las siluetas
queriendo destruir tu imagen
porque me ahogan
tus ojos,
porque me muero por
ellos.
Pero ¡queda el
silencio!, y el convivir con las sombras
en la noche gris,
con pinceladas de amargo!!!