II. La poesía en el Grabado: "El rinoceronte", Alberto Durero (1515)




"El Rinoceronte"
 Durero ―1515



Tan solo dos apuntes bastaron
retratando mi presencia, a esos desconocidos
que desconocían mi naturaleza.
Y fui engalanado con encajes bordados
por bordadoras de dedos exquisitos,
de puntadas  primorosas y hacendosas,
que cubrieron mi figura tosca y ruda,
algo incierta por imaginada
pero atinada en el juicio percibido.

Aunque debo renunciar  a la finura
y a la exquisitez de la elegancia
que me arropan los ropajes bellos.
¡Qué soy, de tan fornido, que no me pegan!
¡Qué mi ropaje es de chapa sólida!,
porque de armadura se trata,
y no de nobles ropajes que ridiculizan,
amanerando mi nervuda y forjada hechura…

¡Por fin, ya el artista se hizo eco!
ya me establecí en su maña,
ya me dejó medio impreso
en la madera tosca con los buriles de plata.

Ahora sí que me muestro con la fuerza que me avala,
aunque el artista la plasmara
embelleciendo con puntadas de buril,
la rígida armadura que me ciñe
con un  bello gorjal en la garganta.
La coraza del pecho, sólida,
con trazos soportables.
Los remaches de las juntas,
las auténticas de coraceros.
Un pequeño cuerno en mi grupa aumenta mis desafíos,
los que debo sostener ante el mastodonte paquidermo.
Mis piernas escamadas,
un tanto inventadas,
mis cuartos traseros,
embellecidos con una cubierta de plata,
del color de las tortugas moteadas…

Sí, así deseo mostrar mi imagen,
impecable en la hechura,
fornida en su talla, y
así la mostró el orfebre, manejador
del buril, la tinta y el del papel de mi estampa…


3 comentarios:

  1. Me gustaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ;-)

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  2. Muchas gracias "Anónimo", por tu ¡Me gustaaaaaaaaa....
    a mi también me ha gustado que te guste..., jajajaj!!!
    Besotes!!!!

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