martes, 14 de mayo de 2013

La Musa indolente


The artist´s  model
De Louis Galliac (1934)

Perdidos se quedaron mis colores, mis pinceladas emborronadas,
incapacitados mis pinceles, y la llamo,
y le suplico:
¡Vuelve!, y se niega.
¡Te necesito!, y no acude.
¡Te lo ruego!, y no atiende siquiera.

Poseedor de la belleza me creía,
 la de los colores vivos, la de la pincelada cierta,
¡Y lograba montañas, ríos, orillas. Refinadas flores;
 luz, en el  tosco verano; calidez, en gélido invierno!

¡Pobre blanco lienzo manchado!,
funestamente ensuciado,
de tonalidades grises, opacas, hastías,
cuando antes escribían idilios, misterios y fantasía,
en el blanco, de tu blanco inmaculado.

¡Ven!, la llamo y no viene.
¡Regresa!, y no escucha.
¡Ayúdame!, y no me presta asistencia.

Y cojo mis pinceles y cojo mis colores,
y el inmaculado lienzo, y lo intento,
pero mi Musa me abandonó.
Ya convierto engendros de la noche,
colores enfangados, sucios, adulterados, reconcomidos de miedo,
de alientos malheridos.

Ya  se esfumó la belleza, ¡pobre fantoche del color!,
que convierte la perfección en impureza,
la sutileza en vulgaridad, en torpeza.

El pesar es duro,
vivir sin ella, más duro todavía.
Y  me preguntó frenéticamente:

¿Regresará mi Musa a mi vida?,
¿volverán de nuevo mis colores?,

o mi final se acerca, el final de mi fantasía…..



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