jueves, 6 de septiembre de 2012

YA, ¿PARA QUÉ?




¿Aún está ahí?, te creía guardada en la habitación del olvido, recuerdo que aquel día tiré el candado, pretendía no abrir esa puerta jamás, no quería ceder en un acto de cobardía.  Entonces, ¿cómo has logrado traspasar el umbral de salida?, ¿porqué mi mente no ha cumplido con la misión encomendada? Ahora has irrumpido otra vez en mi vida rompiendo de nuevo mi estabilidad, mi raciocinio, aumentando mi sufrimiento. Yo te creí olvidada, amabas a otro y sabía que no te tendría jamás, pero ahora que todo podría ser diferente ya, ¿para qué?
Tú nunca supiste nada de mis sentimientos, nunca te lo dije, ¡jamás lo hubieses ni imaginado!, pero hubo un tiempo que deliraba contigo, llegué a crear en mi mente un mundo solo para los dos donde fundíamos hasta nuestras almas, allí  podíamos deambular con las estrellas, observar el firmamento tumbados en la orilla de la playa donde una luna llena alargaba su plenilunio regalándonos un escena casi celestial;  las olas nos acariciaban, la arena fina nos servía de aposento. Recuerdo tu piel delicada y perfecta, tu cuerpo abrumadoramente sensual, y tu sonrisa, esa que aún permanece aunque la haya dominado durante este tiempo, ¿treinta años quizás? Y de repente todos los recuerdos han regresado atropelladamente.
Ahora, cuando un suave viento del norte anuncia la llegada del invierno, ahora  que me siento cansado y este corazón que me ha acompañado siempre va y me dice que ya no puede más, porque apenas puede realizar sus funciones correctamente, le fallan las válvulas, sus conductos están atascados, y se rebela , -¡Ya no puedo más!, -me suplica recordándomelo cada vez con más frecuencia, y aunque no le creí, unos informes médicos lo avalaron, ya casi tengo fecha de partida a ese viaje que realizare al abismo. Muy pronto dejaré de sentir el frío de ese norte que anunciará la llegada de otro invierno, y mi cuerpo yacerá inerte y mi alma buscará desesperadamente un lugar donde pernoctar apaciblemente. Pero ahora, cuando he logrado resignarme, precisamente ahora, el destino me hace una última jugada llena de crueldad. Hoy te he visto, he tropezado contigo, tu sonrisa tan cautivadora como siempre, dos besos que me hacen vibrar hasta dejarme sin aliento y el sonido de tu voz, que sigue siendo suave, cálido, envolvente; me cuenta que:
                -Me quedé viuda hace cuatro años, por eso he vuelto. No quería quedarme en aquel país, allí no tengo a nadie………, este es mi número de teléfono, ¡Por favor, no dejes de llamarme!, ¡Me gustaría tanto hablar contigo!.....
¿Cómo puede sucederme esto?, precisamente ahora. De nuevo tendré que renunciar a ti, este destino maldito tendrá otro motivo más para divertirse a mi costa. Debo seguir manteniendo el secreto, borraré tu número de mi móvil, no puedo caer en la trampa, no tengo derecho de albergar esperanzas, ya, ¿para qué?, hacértelas concebir a ti ¿para qué?


No hay comentarios:

Publicar un comentario