viernes, 7 de septiembre de 2012

¡Será, en el más allá!



Dos personas fraguan un plan, se quieren pero su amor es un sueño irrealizable, ambos comparten su vida con otra persona pero necesitan comunicarse, saber que están ahí; sus mentes desequilibradas no quieren opciones, no buscan más allá que un vinculo inmaterial, incorpóreo, solo quieren la ternura de unas palabras, imaginar sus almas fundidas, reflejadas en el espejo de lo eterno, de lo inmortal; sueñan con desaparecer para reencontrarse, pero mientras llega ese momento se mantendrán unidos por mensajes cómplices, pequeñas cartas de amor que solo ellos entienden, se los enviaran mediante una red social camuflados perfectamente bajo nombres en clave, eso les hará  pasar inadvertidos entre la multitud, nadie imaginará el destinatario de sus escritos de amor, Juan cuelga un mensaje:
-¡Un cielo, el espacio, la risa, el llanto, el dolor y la esperanza, todo eso eres tú!, dice un poema muy bonito que leí anoche.
María responde:
-No existe sueño sin dolor, ni risa sin llanto, pero si existe la esperanza, ¡quizás en otro espacio, en otro tiempo!, entonces dos almas se unirán en una sola, ya no habrá sacrificios, solo triunfara el amor.
Y día tras días Juan y María dan rienda suelta a sus sentimientos, son conscientes que ahora no es su momento, no tienen derecho, provocarían demasiado daño, pero ellos se mantendrán fieles a ese amor que les une, en ese universo tan maravilloso que es el amor soñado, el irrealizable, donde solo se mantiene a base de palabras cómplices, donde la pasión incontenible perdurará en el tiempo, traspasando la barrera del  más allá.

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